En la segunda semana de enero, más que en la primera, parece que se retoma un poco mejor el ritmo de todo. Tras las fiestas de diciembre el ambiente se calma. Las personas se concentran nuevamente en sus actividades diarias. Es como un respiro. Las celebraciones, banquetes, regalos, algarabía hacen bien, pero las pausas también. El primer mes del año es como que se hace más largo. El tiempo se ralentiza. Quizás activamos el modo cámara lenta. Es como un momento regenerativo. Venimos cargados de esa buena energía que obtuvimos del contacto con los seres que queremos. Es posible ahora usar esa vibra positiva que acumulamos y encaminarla al cumplimiento de los objetivos diarios en nuestro empleo, la escuela, con la pareja o los hijos, con nosotros mismo. Puede venir bien una conversación con el yo interno alejados del torbellino de actividades y compromisoso. Es posible usar esa fuerza para enfrentar el día a día con ganas y empezar a trabajar por cumplir las metas que nos propusimos en A
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